jueves, 22 de mayo de 2008

La cita III (continuación)


Se encontraron en el Chat. Se dieron explicaciones, se justificaron, enojaron, desconfiaron, acusaron, recelaron, aceptaron, se rieron, perdonaron y reconciliaron. Acordaron una nueva cita.
Se encontraron personalmente varias veces. Se desencontraron otras tantas.

Él no entendía. No entendía sus reclamos, sus enojos, sus tiempos, sus gustos.
- ¿Qué tiene de malo esta confitería que no lo tiene la otra?

Ella no entendía. No entendía sus maneras, su historia, su presente, sus tiempos.
- ¿Nunca aprendió en sus relaciones anteriores cómo tratar a una mujer?

Sin embargo se atraían, se intentaban. Charlas, café, cine, restaurante, miradas, roce de manos. Un encuentro, otro, primeros besos. Piel, química. Entonces, encuentro decisivo. Perfume. Lencería. El auto. La depiladora. Las ganas. Los nervios. Dudas. Miedos.
Excitación

Cita.

Él, satisfecho del encuentro. Dos veces en la primera vez, casi una tercera después de la ducha.
- ¿Por qué no querrá más esta mina?

Ella, rara. Le duele todo el cuerpo. Miles de posiciones. Pero gozó. Ay, gozó.
- ¿No se cansará nunca este tipo?

Se despiden después de cinco horas juntos. Los acucia la realidad: obligaciones, horarios. Terminó la novela. Hora de volver silbando bajito.

- ¡Qué poco afectuosa la despedida! ¿Siempre será así?

- Se ve que se rayó. ¿Qué le habrá pasado?