domingo, 17 de agosto de 2008

Postales de mi ciudad V


Huecos de secretaria

¡Ya ni se puede caminar por la ciudad a esta hora! ¡¡Las nueve y cinco!! Otra vez llego tarde. ¿Estará Sergio? Si está, le histeriqueo un poco para que no me pase el tarde y chau. ¡Qué tonta! ¡Me olvidé de retocarme los párpados! ¡Se me notará que no difuminé el marrón? Como el otro día, cuando salí con Pablo. ¡Qué vergüenza! ¿Por eso no me habrá llamado más? ¿Qué le habrá pasado? Igual era un aburrido. Cuando empezó con lo del cine iraní casi me muero del embole. ¡Ay!, no me tengo que olvidar de que hoy tengo turno con el masajista. Leí en la revista que me prestó Marita que las tensiones son las que me pueden estar generando estos dolores. Pero yo no creo que la tercera separación de mis viejos, esta vez porque papá se fue con alguien de mi edad, tenga algo que ver. ¡Ayyyyyy! ¡Se me corrió la media! ¡Debe haber sido en el subte! ¡Qué desastre! ¡Odio que me pase esto!


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