lunes, 16 de agosto de 2010

Nostalgia marina


“Aunque éste sea el último dolor que ella me causa

y estos sean los últimos versos que yo le escribo”

Pablo Neruda

Otra noche, mismo lugar

A quién corresponda:

Otra vez la lapicera, la hoja y el impulso de escribirte. Esta carta, esto, que será, probablemente carta. Y que no sé, no creo, que llegue a tus manos.

La copa está casi vacía y me da fiaca levantarme a buscar una nueva botella. Todavía tengo un tenue sabor a alcohol y el instinto ebrio de escribirte.

Ni sé aún a quién le escribo. El destinatario está en blanco.

El ruido de la lapicera rasgando el papel, las olas lejanas horadando la orilla. El recuerdo testarudo que no me permite olvidarte.

¿Dónde estarás?¿ Con quién? ¿Cómo? Puedo preguntártelo impunemente. Probablemente esta carta no esté nunca contigo.

¿Por qué al pensarte me pongo cursi? ¿Por qué recuerdo a Neruda: “Nosotros los de entonces ya no somos los mismos”? ¿Será otra vez estar cerca del mar? ¿Será el gusto de tus besos en mi boca?

No lo sé. ¡Qué importa! Si estoy mintiendo.

Escribo esto para justificar mi día, mi angustia y esta espera tonta.

Una página ya, casi, y no te dije nada.¿ Para qué? ¿Cuál sería el sentido? Seguramente mañana haré un bollo a estas líneas y le sonreiré al espejo. ¡Vas a ser combustible en el asado de mi nieto!

Sólo una cosa quisiera decirte. ¿Te diste cuenta alguna vez?

Matilde

martes, 3 de agosto de 2010

Sobre "El último verso", de Patricia Zangaro



Querido cocoliche

Discépolo se moría. Solo. Como todos.

Entre sus últimos estertores, sonaba el ruido imaginado de una máquina de escribir.

Discépolo se moría. Como todos. Solo.

Armaba la puesta de su funeral, para no perder la costumbre, soñando un lugar en el infierno o en el canon nacional. Da igual.

Solo. Se moría Discépolo. Como todos.

Y organizaba la fiesta poética y teatral de su muerte o de su eternidad. Da igual.

Como todos. Solo. Discépolo se moría.

Pero no.


*Basada en "El último verso", de Patricia Zangaro.

Esta breve pieza teatral forma parte del ciclo de Teatro por la identidad 2010 y se representó en el Teatro Cervantes, con una muy buena actuación de Daniel Fanego y la dirección precisa de Pompeyo Audivert.

La obra tiene momentos muy emotivos y rinde homenaje a Discépolo, recreando sus últimos momentos antes de partir.

En relación con la identidad, se plantea cuál es la condición para ingresar al canon argentino y los deseos de trascendencia a través del arte.

*Imágenes, Discépolo y Fanego, respectivamente.