miércoles, 24 de marzo de 2010

24 de marzo de 1976, una fecha para no olvidar

A continuación, la carta que Rodolfo Walsh le escribió a su hija Vicky

Querida Vicky:
La noticia de tu muerte me llegó foy a las tres de la. Estábamos en reunión... cuando empezaron a transmitir el comunicado. Escuché tu nombre, mal pronunciado, y tardé un segundo en asimilarlo. Maquinalmente empecé a santiguarme como cuando era chico. No terminé ese gesto. El mundo estuvo parado ese segundo. Después le dije a Mariana y a Pablo: -Era mi hija. Suspendí la reunión. Estoy aturdido. Muchas veces lo temía. Pensaba que era excesiva suerte, no ser golpeado, cuando tantos otros son golpeados.
Si, tuve miedo, como vos tuviste miedo por mí, aunque no lo decíamos. Ahor ael miedo es aflicción. Sé muy bien por qué cosas has vivido, combatido. Estoy orguloso de esas cosas.
Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreir una vez más. No podré despedirme, vos sabés por qué.
Nosostros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria. Ahí te guardo, te acuno, te celebro quizá te envidio, querida mía.

Y a continuación la carta donde le cuenta a sus amigos de esta muerte injusta.

Mi homenaje en Walsh, una vez más, a todos, a tantos desaparecidos, asesinados por la dictadura más nefasta, que se llevó en estos números a tanta gente valiosa:

Por edad*:
De 0 a 15 años: 1,65%
De 16 a 20 años: 10,61%
De 21 a 25 años: 32,62%
De 26 a 30 años: 25,90%
De 31 a 35 años: 12,26%
De 36 a 40 años: 6,73%
De 41 a 45 años: 3,40%
De 46 a más de 70 años: 6,83%
*Datos de Conadep

De más está decir, si sumamos que el 21% de los asesinados eran estudiantes, dónde estaba la sistematicidad de semejante terrorismo de Estado, ¿no?

martes, 2 de marzo de 2010

Tal vez III

Tal vez
sea el tiempo
de cobijarse
en la madriguera

Tal vez
se acabe
este aleteo

y el verso gane
la página
la calle
y yo

lunes, 1 de marzo de 2010

Tal vez II

Tal vez
ya pasó la hora
de mis desvelos
de mi gloria
de mi tiempo
de mis ganas
mis adentros
mis después
los ahoras
en estas horas
sin minutos
sin el cuento
para soñar
con leones
leona en red
enredada
en hilos
de saliva
de sexo
de aburrimiento
de soledad
de deseo
deseosa
de poco
de todo
de nada
sin gracias
no hay de qué
quejarse
por no ser
lo que quise ser
lo que debí ser
lo que iba a ser
hacer o no hacer
animarse
provocarse
proponerse
posponerse