miércoles, 23 de abril de 2008

Día del Libro y de los Derechos de Autor
















Hoy es el Día del Libro y de los Derechos de Autor y entonces decidí postear el primer cuento mío que se hizo acreedor de una mención de honor en un concurso y de la posterior publicación en una antología llamada Imperfectas soledades. Es decir...: el primer cuento que me hizo pensar en los derechos de autor!!! Jajaja.





Espero que lo disfruten y que me comenten qué les pareció. Ahí va (de paso, si a alguno se le ocurre un mejor título, acepto sugerencias, el que tiene jamás me convenció, gracias):

Una enfermedad de hoy

Urgalio: supuración dermatológica, eso había dicho el médico. Que era producida por el estrés no había necesidad de mencionarlo: eso él ya lo sabía. ¡Loco venía de la oficina, loco! De color verdáceo, ¡vaya novedad! ¿Se había creído que era ciego también? El color ya lo había visto antes de ir a pagarle un bono de consulta a esa luminaria de la ciencia. Si fue justamente el color lo que le hizo gritar a la Coca como una fiera: “¡Te estás pudriendo en vida, viejo!”. Lo de la aparición esporádica fue lo único digno de un matasanos que justificó el bono. Después de la explicación se sentía aliviado, por lo menos no lo iba a tener siempre. Va y viene, le dijo el médico. Espero que vaya y no vuelva, pensó él. Pero si algo no podía aceptar de la maldita supuración era el lugar que había elegido para hacerlo. Tanto y tantos kilos de grasa y justo tuvo que aparecer allí. Alrededor de los genitales, dijo el médico. ¡En los huevos!, gritó él.
Y con una crema y el pantalón flojo, por las dudas, volvió a la casa. ¿Urga qué?, le gritó la Coca que siempre gritaba. Urgalio dijo el médico, urgalio. Eso te pasa por huevón y maricón, siempre te estás rascando los huevos, hurga que te hurga. Después querés que los chicos no se metan los dedos en la nariz. Ni las manos te lavás después, para qué si así es más cómodo. Ni vas a buscar otro trabajo, total en la oficina de mierda el señor está bien: ¡Se rasca todos los días los huevos! ¡A diestra y a siniestra! Total si después la familia tiene que hacer magia con cuatrocientos pesos roñosos a él no le importa. Se rasca los huevos y listo, santo remedio. Total la Coca se arregla, que limpie cinco casas no importa y si se queja que limpie cinco más. Y de paso puede limpiar ésta, ¿no?, que buena falta le hace. Y ocuparse más de los chicos y esperarlo sin cara de culo y con la mesa servida, de paso. Así piensa el señor y la conciencia limpita, limpita después. Si no le gusta, si no le alcanza: ¡que labure más! Que yo contento todo el día rascándome los huevos como un ...
No escuchó más. Cuando la Coca se ponía el cassette no la terminaba nunca. Caminando lentamente se fue al bar del Gallego donde a esa hora ya podría encontrar a Tito. Lo pensaba, por hoy, invitar con una ginebra y contarle su problema. Mientras caminaba las tres cuadras hacia el lugar, el escozor se hizo más agudo y con mucha precaución se acarició más que rascó el costado de su genital derecho porque tenía temor de hacerse más daño. Pero en ese momento se acordó de su mujer y se rascó violentamente, luego insultó al aire y siguió caminando.
Tito ya estaba ubicado en la mesa de siempre. ¿Qué hacés, viejo, que hace tantos días que no te veo por acá? Qué bueno verlo, con Tito era más fácil hablar, siempre iba al grano. Estuve mal, Tito, tuve que ir al médico y el turro ese me dijo que tengo algo así como urganio, urgalio, qué sé yo. Me pican, Tito, me pican los huevos. No te hagas problema, viejo, a mí cada tanto también, es normal. El problema es que a mí me pican un rato, contestó, y después no me pican más. Pero al rato viene y otra vez más fuerte. Es intermitente dijo el médico. ¿Qué problema te hacés?, le dijo riéndose, a mí también me pasa, a todos. No, Tito, a mí se me están poniendo verdes. ¡¿Verdes?! Ah, no, eso no. Andá al médico, ché. Ya fui al médico, dijo, eso es lo que te estoy contando. Me explicó que es por el estrés y me dio una crema. Ah, bueno. Pero, ¿es contagioso? No, es nervioso. De nervios ni me hables, ¿a que no sabés lo que me hizo el turro de mi cuñado? Estoy enloquecido, me cagó. ¿Te acordás que le salí de garante de la casa que se compró? Resulta que hace como seis meses que no paga la cuota de la hipoteca, desde que lo rajaron de la fábrica cuando cerró. Y ayer me llamó el abogado para que yo lo cubra. Fijate que el hijo de puta ni siquiera me avisó antes, si no iba y lo agarraba del forro del culo y lo metía veinte horas arriba de un auto. Que labure de remisero, de botellero o de lo que carajo sea pero que me pague, a mí que no me rompa las pelotas (la picazón se hizo en ese momento más aguda y tuvo que rascarse cuidadosamente por debajo de la mesa mientras se esforzaba por escuchar a Tito). Encima la Negra comienza con la cantinela de siempre: que cuando estábamos mal el único que nos ayudó fue su hermano, que es el padrino de Laurita, que con el bebé no los podemos dejar en la calle. ¡A mí me van a dejar en la calle por su culpa! Pero la Negra es así, a la familia no se la toqués. Ahora está en casa llorando con Claudia que fue con el bebé, cuando se enteró que ya sabíamos, para dar lástima y la Negra va y encima la consuela, le ceba mate. ¡A ellos consuela! y a mí que me parta un rayo. Un día yo me voy a cansar y...
No lo escuchó más, se levantó lentamente, dejó dos pesos en la mesa y le palmeó el hombro. Cuando Tito comenzaba a enroscarse con su mujer no la terminaba más y él necesitaba el consuelo de alguien, de cualquiera, por eso decidió ir a la casa de su mamá.
Hijo, cuánto hace que no te veo. Qué raro vos por acá. Te pasa algo. Caminás raro. No, vieja, quedate tranquila y dame unos mates, dijo. Porque la vieja preocupada era peor que la Coca. Estoy bien. lo único que tenía unas molestias y el médico me dijo que es una urticaria, que se me va a ir enseguida. Me dio una crema y nada más. ¿A ver?, dijo la madre leyendo el prospecto. Dame que te la pongo. No, vieja, se atajó él rápidamente. Es en ...una zona delicada. ¡Qué delicada, ni delicada! ¿Quién te puso Caladryl por todos lados cuando tuviste la varicela, a pesar de que ya eras bastante grandecito? No, vieja, esta vez no. Es en la ingle, dejá. ¿En dónde, en los huevos?, preguntó mientras se sacaba con la punta del repasador la crema del dedo índice. Por ahí, dijo avergonzado. Pero, ¿cómo puede ser? No me digas que por fin te decidiste y te fuiste de parranda a pescarte alguna peste. ¿Se cura, no? ¿Te mandó alguna inyección el médico o sólo la crema? Acordate que acá a la vuelta está María, que aplica inyecciones de todo tipo y de ésas también. Sí, vieja, ya sé. Pero quedate tranquila que no es ninguna peste, no empecés con lo de la joda. Pero nene, si no fuiste vos fue la depravada de tu mujer la que te contagió, yo te dije que ésa tarde o temprano te iba a cagar, ya en el barrio...Vieja, te dije que no empezaras. Yo no empiezo, hijo, a las pruebas me remito. ¡Qué pruebas ni ocho cuartos, es nervioso, no es contagioso, es por el puto estrés! Bueno, tranquilizate. Igual la Coca podría traerme a los chicos de vez en cuando, ¿no? ¿Cuánto hace que no los veo? Siempre la excusa de que viven lejos, de que la plata no alcanza, de que trabaja todo el día, pero en realidad es porque no me puede ni ver y si deja a una abuela sin sus nietos eso a ella ni le importa. Bueno, vieja, se me hizo tarde, me tengo que ir. Bueno, nene, pero antes de irte ¿no pasás por lo de Teresita y le dejás algo de plata? Es tanto lo que le debo que cualquier día me va a dejar de fiar hasta el pan, porque tu hermana también hace mucho que no viene, total una está acá sola y eso a nadie le importa. Bueno, vieja, algo le dejo. Chau, cuidate.
Y así se quedó su madre en el umbral de la puerta, cubriéndose con un chal y mascullando no sé qué de la soledad y la ingratitud de los hijos y la puntada que otra vez se hacía más fuerte y que mejor no rascarse porque después es peor y qué mierda si a la final es lo único que calma.



Copyright©2004

9 comentarios:

anais dijo...

Preguntonta, básica, elemental...

¿Qué tiene ésto que ver con los derechos de autor?

De título, le pondría "Disco rayado".

Sibila de Cumas dijo...

Hola, Anais! Como escribì en la introducción, a modo de chiste, este es el primer cuento que publiqué y por ello me hizo pensar que algún día, quizá, cobrara derechos de autor por él, ¿se entiende?
Gracias por tu sugerencia de título, cariños
Verónica

•·.·´¯`·.·• Pao •·.·´¯`·.·• dijo...

Buenas...

De nuevo curioseando en tu blog, y ya veo que me perdí un escrito.

Me hizo reir por partes, está muy bueno. Aunque también describe con claridad una situación de la vida cotidiana, esos conflictos que se presentan en cualquier familia diariamente. El hombre que llega a su casa en busca de contención y no encuentra nada más que nuevos problemas y más estres.


Espero seguir leyendote!!!


Cariños


Pao

GRIS DE LA NOCHE dijo...

Subitamente surgidos del gris de la noche estamos llegando...

Bienvenida a nuestra kasa.

Anónimo dijo...

veronica y la reputisima madre que lo re mil yegua pario. que bueno esta ese cuento profe, por que espero tanto para dejarmelo leer.

Sibila de Cumas dijo...

Hola, Pao! Qué bueno que vuelvas por aquí!! Sí, la idea era un poco esa, contar con humor, pero mostrar un trasfondo otro...
Hola, Espejito, imagino que la contundencia de tu reclamo se debe a lo mucho que te gustó el cuentito! jajajaja, me alegro.
Ya los ire a visitar por la noche de gris!!
Cariños

Anónimo dijo...

Hola jelóu, Vero!
Sé moi, tu cuñado según la ley, o sea, que la ley me ampara.
No seas bestia! Urgalio es el nombre del vigésimo primer asteroide que llegó a La Tierra desde las invasiones inglesas. Había sido un día extraño, mitad jueves y mitad domingo, y cayó Urgalio, cerca del pie derecho de Liniers. A lo que el jefe de la resistencia, al verlo, dijo "qué lo parió!".
En verdad, no se pueden hacer comentarios de este fox-plot en 5 minutos; además, tengo ganas de ver qué tengo en la heladera en este mismo instante.
Otro día, después de autotorturarme leyendo lo que escribís, te mando comentarios.
Sebastián (El mostro de la Sepoltura).

Sibila de Cumas dijo...

Hola, mostro de la sepultura!
No exagerès: no hay ley que pueda ampararte a vos!!!
Te iba a contestar muy "macanudamente" tu comentario, pero ¿sabès què?: tengo que ir al video a buscar la próxima pelìcula para recomendarles a vos y mi hermanita!!
Y que la disfruten con salud!!
Cariños de tu cuñadita

Jairo52 dijo...

Hola linda, que bueno que pude volver a leer este cuento y ahora casi termino rascándome los huevos yo jajajajajaaaaaaa, acuérdate que yo fui el primero en leerlo y ahora soy tu lector oficilisimo, sigo leyendo lo demás. Jairo