martes, 13 de mayo de 2008

La cita



La cita ya está acordada. Él llevará una flor roja; ella, un libro de poemas. Se ríen de su cursilería. Coinciden.
La cita será a las seis. De él no sabemos nada; de ella, tampoco. Hace un mes que intercambian mensajes por el chat. Ella intenta escribir una historia de amor. Él usa el teclado.
La cita es a las seis en un bar de Corrientes. A ella le gustan los poemas. Él tendrá que ver dónde compra la rosa. Los dos se bañan, se perfuman, se sonríen un poco. Se ilusionan otra vez, a pesar de todo.
La cita fue acordada hace una semana. Tuvieron tiempo de imaginarse y reescribirse. Los siete días pasan veloces y las horas se hacen eternos minutos.
La cita no sabemos cómo será. Sólo vemos un hombre que se aflojó la corbata y compró una flor roja. Una mujer que se arregló el flequillo y apretó un libro.
La cita va a empezar en otro cuento.



Copyright©2008

15 comentarios:

The Wayfarer dijo...

Uh!! Interesantísimo!!! Quiero saber qué pasará en el próximo capítulo!!!

Cómo andás taurina renegada???

Che, me "actualicé" con tu blog, me gustó mucho también lo que subiste antes de "el lado oscuro"... Me pegó fuerte!!!

Te mando un gran abrazo desde Rosario, visitar tu blog después de tanto tiempo fue respirar aire fresco!!!

Marcelo

anais dijo...

Más que "Sibila", esta vez, tendrías que haber firmado como "Sherezada".

Aqui quedo, esperando a ver cómo sigue.

Anónimo dijo...

asi se usa el perfume...como seguira esto?

Sibila de Cumas dijo...

¿Què lindo ser una Sherezada en estos dias!!, gracias Anais!!!
La verdad, chicos, es que me pusieron en un brete con esto de còmo sigue. En principio, no seguía... pero tal vez ustedes con sus comentarios hagan realidad el slogan de mi blog y me estimulen para escribir!! Mil gracias!!!
Cariños

Pablo Ballesteros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo Ballesteros dijo...

Él llegó al encuentro con la rosa ya deshojada los dedos llenos de sangre y las manos sudads y al verla a ella sentada en la barra del bar de Corrientes, releyendo por encima de los anteojos redondos "Veinte Poemas de amor y una canción desesperada"mientras que con los dedos se mecia su pelo pelirrojo, no pudo por menos que volverse a la estación del metro. Por el camino busco una papelera y arrojo con asco la rosa, lo que quedaba de rosa, saco su pañuelo con sus iniciales (P.B.) del bolsillo y se seco la sangre y el sudor mientras maldecia el calor tan sofocante de la tarde.
Miro nuevamente hacia detras, por si la veia, desde alli. Y pensó con una rabia desatada:
odio a las pelirrojas, me traen mala suerte.
Siguió su camino hasta perderse en el metro y ya no sabemos nada que no sea que nunca m,as se conecto al Chat
¿podria ser?

Sibila de Cumas dijo...

jajaaja Podría ser, Pablo, por què no? Sabès que yo tambièn me la imagino a ella pelirroja? Ahora, de tu historia me intrigaron dos cosas: por qué él llegò con la rosa deshecha y las iniciales de su pañuelo.
Me está dando ganas de escribir! qué bueno!!!!!!! Gracias!!!!
Cariños

Pablo Ballesteros dijo...

la rosa deshecha por el nerviosismo del encuentro.
el pañuelo con las iniciales porque a él le pegaba. No me lo imagino con una bolsa de clinex del carrefur
¿tú si?
venga esdcribe que me dejas impaciente con el encuentro
igual a él le apasionan las pelirrojas.
igual ama a las que leen a Neruda
igual ella pidio una cerveza cuando él esperaba tomar un rioja de reserva.
me dejas impaciente dios mio
continuala
no se si podre esperarte

Eliminado dijo...

Te pido permiso para entrar, espero que tu respuesta sea un si, porque ya estoy aquí.
Me sumo a los demás, quiero saber como sigue la historia, si es posible un amor por internet.
En tu historia amalgamaste lo antiguo con lo moderno, me encanto, porque a pesar de ser un encuentro cibernético, tiene la poesía de lo antiguo por la flor y el libro de poemas.
Voy a volver para leer el final de la historia ¿dale?

Silvia

Jorge Alberdi dijo...

CITAR POR CITAR
Todo es posible, citaba Borges, a quien cito hasta el hartazgo las mismas citas de siempre. Nadie previó que en la vastedad inabarcable de internet podía ocurrir una intersección con un antiquísimo cálculo de probabilidades, donde la finitud era una variable. Mientras él, Sergio, elegía una rosa como identificación y ella, Paula, un libro de poemas, otra pareja, Andrés y Marga, hacía otro tanto y acordaban el mismo día, la misma hora, el mismo bar de la calle Corrientes. Andrés ya había ensayado el encuentro en otra oportunidad, y los diarios fueron testigos ciegos de su estrategia sangrienta. Para Marga la cosa era diferente, su natural timidez le había impedido relaciones establecidas de este modo, o de cualquier otro. Usurpando el nick de su prima había sumado el coraje para continuar hasta esa instancia.
El día del encuentro, Paula tomó posición en una de las mesas del fondo, desde donde podía ver el ingreso con discreción, debajo del diario dejó oculto un libro de Oliverio Girondo.
Marga, que había dudado antes de salir de su casa en la provincia, no pudo llegar a tiempo debido a un corte de ruta, y maldijo la persistencia de su suerte.
Casi chocan, los hombres de la rosa, al ingresar al local. Paula los miró mientras una mano se apoyaba sobre el libro, ambos llevaban una rosa roja “¿qué broma es esta?”, pensó.
Antes de desplazarse, tanto Sergio como Andrés, recorrieron con la mirada las mesas ocupadas; en un rincón, un hombre calvo garabateaba en un papel mientras sorbía su café; un par de mujeres hablaban casi a los gritos; la única ocupada por una mujer sola era la de ella. Uno de los hombres tomó la determinación y se encaminó hacia la mesa de la mujer mientras el otro se quedó mirando la flor. Paula, se preparó, y dejó ver tímidamente el libro a la vez que el hombre extendía la flor y sonreía. “Será mi día de suerte”, se preguntó mientras se levantaba apenas para saludar a Andrés.

Sibila de Cumas dijo...

Ay, chicos, me están apabullando... y me encanta! Creo que esta noche no duermo escribiendo la continuación de esta historia (ya tengo algunas ideas de cómo seguirla!! y gracias a ustedes!!!)
Silvia! Bienvenida por supuesto por acà! Te espero cuantas veces gustes!!
Jorge y Pablo deberàn seguir la historia tambièn, ahora me tentaron con las versiones de ustedes!!
Yo me tomo el derecho de llamarlos "ella y él" y ustedes siguen con sus propias versiones y entonces tendremos mil historias cruzadas, que seràn varias y la misma a la vez, vale?
Me està gustando mucho esto!!! Algo así como un experimento tipo surrealista pero con impronta postmodernista del siglo XXI.
Enormes cariños a todos

Sibila de Cumas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Buen hombre dijo...

Interesante forma de conectarnos. Espero la continuación del encuentro.

Nikté dijo...

Muy, muy buen comienzo.
Las palabras precisas, me recuerdas a la Duras en eso de su economía ya en su madurez.
Veo que tienes a Escribir como uno de tus libros preferidos, yo he he intentado hacerme de él y está agotado por ahora.
Tengo tantas ganas de leerlo, tantas, se que me dir´´a mucho, lo se.
Adoro a esa mujer con ojos de chinita.

Te sigo leyendo

Sibila de Cumas dijo...

Hola, Nikté! Ah, mi vanidad está henchida con tu comparación : nada más ni nada menos que con la Duràs!!! Estoy que no quepo dentro de mí misma!! JA. Realmente es mi escritora favorita, nadie puede escribir como ella!
Si seguís ojeando el blog, verás que puse dos entradas de ella (también yo odio la palabra "post"), una de Escribir precisamente. Y seguramente seguiré poniendo más.
"Escribir" es un libro que todo el que escribe debiera leer, ojalá lo reediten pronto!! Sino, es muy breve, de a poco te lo puedo ir tipeando.
Bienvenida a mi blog, nos estamos leyendo!