miércoles, 25 de junio de 2008

Los eucaliptos

Los eucaliptos de papá los juntábamos en el Parque Avellaneda; su aroma llenaba la habitación cuando los poníamos en la cacerolita encima de la estufa y el vapor insípido del agua se mezclaba, sensual y permitido, con el olor de eucaliptos recién arrancados, de aquellos árboles del Parque Avellaneda, esos domingos a la tarde.

A la noche, pero eso seria mucho después, vendrían las pesadillas con el león inmenso que se abalanzaba sobre mí, niña Eva, que jugaba a Afrodita o a Electra, sin saberlo aún.




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27 comentarios:

edgardo pareta dijo...

Verónica: reconozco esos olores aunque en mi casa no era tan frecuente, imagino tu infancia muy rica en sueños de mundos fantásticos que justamente eran esos aromas que nos devolvian a nuestra realidad de chocolatada con alguna "masita" como le deciamos en el interior. A eso de las cinco de la tarde pasaba el carro ambulante que vendía las galletas marineras que esperabamos ansiosos porque los sueños de aventuras dan hambre y comiamos ansiosos mientras el "regador" nos salvaba del polvo de la calle y traía una frescura que era un sucedáneo del mar que aún no conocíamos. cariños

Sibila de Cumas dijo...

Ay, Pareta1 Qué bello lo que escribiste!! No sé quién decía que la infancia era aquel lugar al que volvía cuando necesitaba saber quién era... y creo que es así.
"Los sueños de aventuras dan hambre" es una maravilla.
Te imagino adivinando el mar, a través de una melodía, quizá!
Te imagino...
Te beso, te beso, te beso

Anónimo dijo...

Vero, comparto el mismo recuerdo que vos... sólo que los eucaliptos los juntábamos en el parque Pereyra.

Recuerdo que cuando era chico solía aspirar el vapor que arrojaba la olla de agua caliente repleta de dichos eucaliptos. Sobre todo en el invierno, era otra más de las recetas de la abuela... jeje!!!

Lindo post, me hizo acordar de aquella época. Besos!!!

Anónimo dijo...

kuki:eso es muy tierno ,no la parte del leon.Justamente arriba del hogar en casa papa dejo unos eucaliptos pero no fue conmigo a buscarlos.Sin embrago recuerdo q me pedia q los fuera a buscar en punta indio.Con mama ibamos a buscar siempre unas hojas raras q adentro tenian un poroto,mira de lo que me hiciste acordar,jejej.
besotes

Anónimo dijo...

Es loco esto. Nada quizás nos marca más que la infancia, los primeros encontronazos con esta vida que luego intentamos sobrellevar, no? Te acordás vos de los panes tostados con salsa de tomate arriba? Quién será la del anónimo que queda arriba del mío? Te acordás vos de la yeya diciendo q la cortara de repetir como loro todo lo q vos acababas de decir? Te miro, te miro, te miro!!!!!!! Siempre se pareció a admiración, no? F.

Alejandra dijo...

Al igual que eres hermosa, escribes hermosisimo... me declaro tu fan
alejandra

Yahuan dijo...

yo apenas sé como huele el eucalipto, pero creo que una vez soñé con el olor de las leyendas...

Anónimo dijo...

Soy el papà, Que raro que sea orgulloso de ella ???? ¿NO?. La anonima que despues ecribe tambien me enorgullece ¿ será tambien raro ???. Tengo tres orgullos más pero esos dejo que los descubran ustedes !!!
Eucaliptos, enanos y leones en Punta Indio, y allì también la noche cerrada con estrellas que asombran. Como vivirlo de nuevo ??? o mejor sigamos viviendolo y festejemos juntos otro fin de año al borde del mar !!!!

Sibila de Cumas dijo...

Tenés razón Dany!! el vapor!! me había olvidado de ese olor!! Recordaba el de los eucaliptos al ser recogidos en el parque y luego pasé a la imagen visual de la cacerolita sobre la estufa! pero olvidé el nuevo olor que les salía al calentarse y mezclarse con el vapor del agua...! Ahora, gracias a tu recordatorio, hasta veo el vapor deslizándose por la habitación, recuerdo el acercarse a la olla para aspirarlo mejor y curar el resfrío!! Qué bárbaros los olores de la infancia!!! Pensar que Proust escribió 7 libros a partir del olor de una madalena mojada en el té!!!
Un abrazo y gracias por seguir por acá!!

Sibila de Cumas dijo...

Gracias Alejandra por tus halagadoras palabras!! Bienvenida por aquí!! Me alegra que te guste lo que escribo! Vos no escribís? Vi que estás registrada desde el año pasado pero no tenés blog.. Estás juntando fuerza para empezar?

Sibila de Cumas dijo...

Bueno, bueno, parece que la familia Rodriguez está diciendo presente!!!! Será porque el texto habla de la infancia?? Será porque reconocen elementos concretos? serán los recuerdos?? Qué loco el tiempo...
Menos mal, toti, que te vas a dedicar a la abogacía y no a la botánica! porq tu descripción de las hojas con poroto adentro es para morirse!! jajaja
Florcita, no te enojes ni te extrañes, pero yo casi puedo jurar que nunca comí pan tostado con tomate?!!! qué asco!! Si es así, no me acuerdo!! jajaja En cambio lo de la yeya sí, loro, loro parlante y adorado!!! Te veo y te quiero!!!
Viejo nostalgioso!! Ahora me hiciste acordar del auto apagado en medio de la noche y los pastizales del punta indio más estrellado del mundo!!!! Y de los leones de Santa Rita!!! jaja
Los amooooooooooooooo

Sibila de Cumas dijo...

Hola, Yahuan! El eucalipto huele, tal vez, parecido a la menta, pero menos picante.
Igual los eucaliptos del relato huelen diferente, huelen a infancia, a miedo, a deseos y a nostalgia.
Ahora te toca a vos: ¿cómo huelen tus leyendas?
Gracias por rondar por acá!!
Cariños

Anónimo dijo...

eucaliptos como los de santa catalina, de chico con la gomera y la pelota, molestandoa las palomas y a los loros...mierda, me agarro el remanso divino ese que es acordarse.
gracias veronica, chas gracias

Mirache dijo...

habia escrito un comentario muy largo y se me perdió... trato de poner ahora la idea central.

BIENVENIDA A CAMAGUA. Estoy seguro que podrás adornar con la belleza de tu escritura, nuestras paginas, poniendo ese colorido que emana de tus letras

invito a tus lectores que pasen por nuestra revista donde muy pronto estarás como una mas de este modesto proyecto

www.camagua.org.es

saludos y gracias por aceptar nuestra invitación

carlos

Alejandra dijo...

Veronoca ya pronto lo abro, lo cerré hace unos meses por falta de inspiración

saludos
ale

The Wayfarer dijo...

Hola Vero!!!

Me acuerdo yo también del eucalipto que juntábamos en una casa quinta q teníamos en Pueblo Ester, cerca de Rosario. mi vieja lo ponía a hervir en una olla azulada y lo dejaba durante horas... yo era uno de los encargados de renovar el agua evaporada... a veces me olvidaba y el olor a quemado que se formaba era increíble, ja!

Y también me gustaba aspirarlo, es más una vez casi me quemo la nariz porque estuve no sé cuánto tiempo oliendo y oliengo cerca de la olla!!!

un gran abrazo!

Pablo Ballesteros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo Ballesteros dijo...

La infancia tiene eso; cualquier olor nos lleva a correr por las cocinas de nuestras abuelas entre compotas y tarros y más tarros de mermeladas y tomates. Entre dulces olores a melocotón y alacenas llenas de quesos y plantas para cualquier mejunje que mas de una vez nos socorrieron de alguna enfermedad.
De vez en cuando nos trasportan a una playa corriendo entre las dunas con los pantalones cortos, mientras en el cielo vuelan cometas llenas de colores que hacen la tarde mas hermosa.
Me ha gustado mucho lo que has escrito por lo evocador que es.
Solo pasaba de pasada, aun no estoy de vacaciones pero el calor es asfixiante y da mucha pereza acercarse al pc. Y además estoy lleno de trabajo ahora que han acabado las clases y no tengo tiempo para nada
Nos vemos
besotes

Raúl dijo...

La infancia es el lugar al que recurro habitualmente cuando trato de dormir. Se me hace un bálsamo, acudir a ella.

anais dijo...

Eucaliptus...

Me hacen acordar del Parque Marcelino Gainza, hoy desaparecido por la traza de ese horroroso puente "Juan Pablo II - De la Serna". Había muchos eucaliptus, y era re lindo hamacarse y sentir su perfume. El mismo de cuando jugaba en la pile vacía del Club Villa Modelo, que servía de patio del Jardín 18.

Todo eso solo es recuerdo. La "Responsabilidad Civil", el "Mapa de Riesgo" y el Puente Horroroso lo hicieron desaparecer...

Sibila de Cumas dijo...

Gracias, MIrache, por tu bienvenida y la invitación. Ya estaré haciendo lo propio en el sitio!!
Vamos, Ale, inspirate, que allá estaremos leyéndote!!
Saludos

Sibila de Cumas dijo...

Espejito, Anais, Marcello y Pablo: Gracias por sus recuerdos. ¿Nos estaremos poniendo viejos?
Pero qué maravilloso cuando un olor, un objeto, o lo que sea... nos abre de pronto a mil sensaciones, nos (re)crea el contexto de nuestra infancia, de otros tiempos, nos trae a seres queridos, mascotas, otros ruidos, olores...¡que nos hacen niños otra vez!!

Sibila de Cumas dijo...

Hola, Raúl! Me alegro por vos que tu infancia sea un bálsamo para dormir! La mía no fue tan placentera, o al menos yo no la viví así, creo que tuvo momentos buenos y momentos malos... lo que me hace no idealizar mi infancia ni ninguna otra, por eso me maravillo cuando la gente dice que quisiera ser niño otra vez, vivirla de nuevo o que fue una etapa donde fueron felices...
Charles Dickens creo que diría esto mejor de lo que me está saliendo a mí...
Pero no reniego de mi pasado porque me hizo la mujer que soy y si es cierto lo que dice Simone de Beauvoire, que los hombres felices no tienen historia, agradezco mis infortunios porque regodeándome en ellos puedo escribir, que es lo que más amo en la vida, además de mi hijo, claro.
Guau!! He dicho (gracias Raúl por inspirar esta casi catarsis involuntaria)

Raúl dijo...

Gracias a ti, por sucumbir con tan solo cuatro palabras que esbocé.
Besos.

Raúl dijo...

E mi entrada "Condenados" tu comentario ha sido de lo más acertado.
Un beso.

Unknown dijo...

llegue de casualidad y entre en mis recuerdos gracias a ti,
un gusto conocerte,
besos

Unknown dijo...

lamento que te subleve el hecho de haberte leído fortuitamente, si es cierto todos leemos, pero en este caso llegue aquí buscando unas fotografías, escogí una tuya y aparecí en este post que por supuesto no tenia la fotografía de google, así que lo leí y eso creo que es casualidad y pretendí nada mas que mencionarlo,
por otro lado yo no tengo pretensiones literarias, solo escribo algunos de mis deseos con lo que puedo y sin el oficio,
lamento si te incomode,
un abrazo y hasta pronto