viernes, 4 de julio de 2008

Cuadro despintado


A veces cuando vemos un cuadro vemos sólo eso. Una tela o cartón enmarcado con una imagen dibujada o pintada de un barco a orillas de un río.
Pero a veces cuando vemos un cuadro de un barco vemos al abuelo que trabajaba de estibador en el puerto y volvía cansado a la noche a casa a darse un largo baño y a ponerse una camiseta blanca, muy blanca para blanquearse la mugre de tanta bolsa cargada y nos acordamos de las uñas impecables que se hacía arreglar por la manicura y del día en que con sus dos manos poderosas alzó a la nieta a babucha por la calle Florida a la salida de un espectáculo deportivo en el Luna Park y nos imaginamos o añoramos la emoción de la niña que por primera vez veía todo desde arriba, desde la altura de un gigante que le ofrece un mundo pequeño, conquistable.
Y recordamos a los chicos pequeños que nos hacen enojar y están bajo nuestra responsabilidad y que preferimos saltar enloquecidamente para descargar la bronca que nos generan con sus berrinches antes que descargar nuestra furia contra sus cabezas, los rostros que se apiñaban en torno al hueco de la cueva de los zorrinos recién nacidos que emanaban un olor sulfuroso sólo soportable por la curiosidad de ver esos cachorros peludos, tan peludos como la estola de zorro que la mamá guardaba celosamente en el placard y que la niña, otra vez la niña, robaba de tarde en tarde para disfrazarse de mujer y modelar ante un espejo mudo que la devolvía señorita y coqueta y los dedos juguetones se deshacían acariciando el pelo grisáceo de esa estola que se hizo más oscuro y menos tupido en el pecho del primer hombre, hombre niño que tuvo a la niña mujer entre sus brazos y los dedos que luego, altaneros, se entrelazaron en la mano del hombre hombre de pelo negro y canoso de pecho cobarde que no se animó a amarla porque sabía que si lo hacía no se podría ir jamás de su lado.
Porque a veces queremos evitar sentir frente a un cuadro de un barco las ganas locas de zarpar, de huir del paraíso que no se puede tener.
Copyright 2004
La imagen que acompaña es de Claude Monet

16 comentarios:

Blao dijo...

Y es que el amor al mismo tiempo que nos hace volar, nos ata. Nada de tejas a bajo deja de ser contradictorio. Y de tejas para arriba: mis ojos no me llegan.

Anónimo dijo...

nunca entendi los cuadros...prefiero los dibujos o las fotos.
ah peguese una vuelta por aca que usted es participe del texto

Yahuan dijo...

Eso, eso: "Porque a veces queremos evitar sentir frente a un cuadro"

Mirache dijo...

A veces me paro frente a un cuadro y me reviento la cabeza tratando de descifrar que es lo que dice... en ese momento me imagno que el autor lo hizo precisamente para que uno imaginara lo que quisiera...

tienes una prosa envidiable, llena de imagenes tan ben elaboradas que uno las percibes en cada momento que se adentra a tu lectura...

solo se te fue en el penultimo parrafo HOMBRE DOS VECES... CHECALO
cuando dices: hombre hombre de pelo negro y canoso de pecho cobarde que no se animó a amarla porque sabía que si lo hacía no se podría ir jamás de su lado.

Sibila de Cumas dijo...

Gracias chicos por sus comentarios!!
Yo de pintura no entiendo nada, sólo me paro frente a los cuadros que me llaman; a veces para hacerme llorar, otras para traerme un poco de meláncólica felicidad. igual que con la literatura, creo que primero hay que sentirlos! Y luego, el que puede, hace otras lecturas, No?

Gracias, Mirache, por el dato, pero esta vez está a propósito, para marcar contrastre con el hombre niño mencionado antes.
Aunque ya sos el segundo que me lo menciona, tal vez no se entienda y deberé decirlo de otra manera, veré!
Gracias por tu lectura atenta!!
Cariños a todos!!

Mirache dijo...

entonces vero, señalalo entre comillas..."hombre hombre" y así creo que lo entenderemos no como una duplicidad

un saludo desde CUERNAVACA

Raúl dijo...

En la pintura, igual que en la literatura; do riría que en el arte en general, es mucho ´más importante lo que se sugiere, que lo que se muestra. Además eso delata también a un mejor lector o a un más sensible espectador; la capaidad de dejarse seducir por la obra.
Besos.

anais dijo...

Vero:

Eso que decís, que te parás frente a los cuadros que te llaman es lo mejor que uno puede hacer. "Entender" de cuadros es sinónimo de "destripar". Y no creo que a ningún artista le guste que, para hablar de su obra, la destripen. Siempre vuelvo al ejemplo de contar sustantivos y oraciones en un poema de Borges... Puede ser muy didáctico, pero solo hace que uno odie ese poema.

Las obras "INTERPELAN". Y está muy bueno dejarse llamar...

PD: Gracias. Me hiciste acordar de que hace bastante tiempo que no vy a Bellas Artes, a pararme delante de SIN PAN Y SIN TRABAJO.

Sibila de Cumas dijo...

Sí, Raúl, en esos huecos está el arte! Y el lector lo tiene que descubrir y sino... se lo pierde!! O no... tal vez gana otra cosa.
Cada uno construye su propia lectura y todas son importantes para uno!!
Cariños y que aguantes los lectores despabilados!! Y los no tantos, también!!

Sibila de Cumas dijo...

Hola, Anais! Coincido plenamente con lo que decís!! Nada peor que uno de esos destripadores de cualquier obra!! Prefiero un neofito total que me diga "no entendí nada, pero me emocioné" a la critica positiva de un snob que se cree intelectual y lo unico q hace es pasar todo por el mismo tamiz teórico q leyó alguna vez!
Por eso reniego tanto de terminar mi carrera!!
Un abrazo!

Pablo Ballesteros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo Ballesteros dijo...

cada vez escribes mejor. Tus imagenes estan cargadas de realidades que se ven y se tocan
caramba que te envidio (sanamente)

Pablo Ballesteros dijo...

cuando miro a un cuadro siempre me acuerdo de Lilian Hellman que decia: " La antigua pintura al óleo, al correr del tiempo, en ocasiones, pasa a ser transparente. Cuando esto sucede, es posible, en algunos cuadros, ver los trazos originales: Aparecerá un árbol a través del vestido una mujer, un niño abre paso a un perro, un barco grande ya no se ve en un mar abierto. A esto se le llama “pentimento” porque el pintor se “arrepintió”, cambió de idea. Quizás también sea correcto decir que la primitiva concepción reemplazada por una preferencia posterior, es una manera de ver y luego ver una vez más."

¿no es esa mirada la que usas tú tan amenudo.
me gusta, me gusta mucho

Sibila de Cumas dijo...

"Mirar hasta pulverizarse los ojos", creo q es de la Pizarnik. Así deberíamos mirar todos los q escribimos, todos los q queremos abrazar el arte. ¿No?
POrque para mirar normalito está el resto de la humanidad y además con la miopía congénita, con la q obviamente nací, desde mis inicios debí mirar diferente!! jajaja
Muy bello lo que decís del cuadro, Pablo. Pero han resucitado??? Yo con el calor que dicen q anda haciendo por allá, me los imagino a todos asados!! brumosos!! evaporados!!!
Ve a refrescarte hombre, deja ya ese teclado!!!
Jajajja

Alejandra dijo...

ya puse algo en el blog, re-inagurado

saludos
ale

Antonia Moreno-Arcoiris dijo...

Vero, por alguna irrazonable razón, me he saltado ese barco cada vez que entraba por acá, por fin, por una de esas otras irrazonables razones me lo he quedado mirando y escuchando el eco de tu voz, como Alicia en el pais de... me he ido a ese mundo, me he subido a hombros de ese abuelo, me he puesto delante del espejo, y aún siento la angustia de ese quedarme sola mirando como el hombre canoso y cagón me da la espalda y se va.
Puñetero el cupido que siempre apunta falso.
Creo haber entendido ese mensaje camuflado. No es el cuadro, lo que realmente nos habla, son las vivencias, eso que nos hace relacionarlo, y encadenarlo a nosotros lo que realmente vemos.
¿Es así?
Tal vez por eso, al no ver nada...
Bueno ya me vuelvo a extender. Y no hay dias de 30 horas.

Saludos a todos, y besos para ti.
(Ah, y esos ojos tan...magistrálicos, jejej de quien serán?